El clown y el humor permite a la compañía Lolita Corina entrar «en territorios vedados o tabús», como el de los fenómenos paranormales
19.02.2015 | 02:14
Lola González y Coral Ros, las integrantes de la compañía Lolita Corina, regresan al Teatre del Mar (del 19 al 22 de febrero) seis años después convertidas en Brujas, una parodia del género de terror con la que vuelven a abordar un «tema oscuro», el de los fenómenos paranormales, con el propósito de «desmitificar» y «superar tabúes» a partir de «una mezcla de clown y humor».
Las dos actrices ya tocaron el tema de la muerte con Las gallegas, su anterior montaje, una obra que les valió «siete años de éxitos y diversas giras estatales», como las que les trajo hasta Es Molinar en 2009. «Nos gustan los temas oscuros, pero tratados con humor blanco», reconocen.
La bruja Lula, «visionaria entre las visionarias», y Dora, una viuda desconsolada, son las protagonistas de una historia que transita por el mundo sobrenatural y en la que el público ejercerá de tercer personaje. «La complicidad de los espectadores es muy importante. Al público siempre lo tratamos con respecto y nos reímos con ellos», apuntan.
«La única pretensión de esta obra –construida desde la espontaneidad, la naturalidad y la intuición– es reir, disfrutar y desconectar», agregan González y Ros, que han vuelto a trabajar con el director Àlex Navarro como ya hicieron con Las gallegas: «Con Navarro compartimos la misma locura. Es un gran gag-man. Nos entendemos muy bien y la química es muy grande. Vamos, que nos reímos de las mismas tonterías».
La ironía es mayor en este nuevo trabajo que en Las gallegas, donde tocaron la muerte «de un modo muy crudo» pero sin herir en «ningún momento» sensibilidades. «El respeto, siempre, aunque nuestro estilo es un poco macabro», reconocen. «De princesas, nada», espetan.
El «juego» es la base de trabajo de una compañía que encuentra en el teatro «la posibilidad de hacer visible el absurdo de la existencia» y que antes de convertirse en Lolita Corina –cuando se hacían llamar Antonia´s Company– se empaparon de textos de Dario Fo o Federico García Lorca.
Preguntadas por las diferencias entre el mundo del clown y el del payaso, las Lolita Corina subrayan: «El clown tiene que ser real. El espectador tiene que creerse lo que estás haciendo».
«Desde la perspectiva del clown y del humor es muy interesante abordar historias que socialmente están llenas de tópicos y lugares comunes, ya que el humor facilita una pantalla de distanciamiento que permite entrar en territorios vedados o tabús, y la risa se convierte en un instrumento de catarsis para avanzar en la historia sin quedarse en el drama», reflexionan.
La escenografía, en estas Brujas, apuesta por la «sencillez»: dos mesas, un cuadro y un perchero. «Venimos del teatro pobre y la realidad también nos obliga», aclaran.
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