Celebremos con gusto señores este día de placer tan dichoso, que los ángeles canten en coro porque hemos recibido la noticia que se acaba de institucionalizar una nueva categoría de payaso a calificar en el siempre afamado jamas amafiado mundo de las competencias del payaso mexicano, este día quedará escrito en letras de opio por constar en las actas oficiales como la fecha del nacimiento del “Payaso Snob“

Según los criterios de calificación establecidos por sus creadores, es aquel payaso que por sus características no entra dentro de la jerarquía de la santísima trinidad del payaso Blanco, Augusto o Tramp.

Citamos textualmente la definición por parte de los organizadores del evento al que es convocado:

“Es una tendencia cada vez más popular en el mundo de los payasos, basado en el payaso Tony o europeo como se le conoce en México”

(So, ¿What does mean?)

Entre las reglas del concurso está establecido que debe tener aplicada una base color piel, pulcritud y originalidad en el vestuario y portar obligatoriamente zapatos y nariz de payaso (roja, negra o carne)

Nos queda claro que la gente que tira esta propuesta al aire, visualiza perfectamente en sus cabecitas locas como se debe de ver un payaso snob y qué puntos habrán de calificar, sin embargo los creadores de este nuevo placebo escénico nos quedan a deber la estructura interna de este recién parido bastardo de nariz roja.

Es decir, cómo se comporta, cómo piensa, de donde viene, ¿Es un protagonista o un antagonista? ¿Donde encaja su rol y cuál es su estatus al Interactuar con los otros tres malditos?

Nos encantaría que los que han tenido esta nueva iniciativa nos ayudarán a entender mejor el manejo y la psicología del personaje para tener una idea más clara y aprovechar esta nueva propuesta escénica, así que rogamos y pedimos nos hagan favor de ponerle instructivo a su Frankenstein.

Me confieso ante ustedes fariseos como un admirador del rompimiento de las estructuras y los moldes preestablecidos, así que desde aquí les mando un abrazo virulento y una felicitación con lastres de maquillaje por su arriesgada propuesta, sin embargo, lo único que lamento desde mi nunca humilde punto de vista es:

¿Porque tomarse la molestia de parir un nuevo payaso solo para juzgarlo desde el aspecto físico y no desde la esencia del carácter?

¿No es necesario un análisis más profundo de la psique del mismo para proporcionarnos herramientas escénicas y técnicas a los futuros intérpretes, más que clasificarlo por sus aplicaciones y difuminados?

No se, me da la impresión de que calificar a un payaso solo por su valor estético es igual de absurdo que acudir al Bolshoi y admirar las zapatillas, el maquillaje y el vestuario de los bailarines por sobre la técnica, la precisión y la pasión del oficio mismo….

-Coda.
Igual no me hagan mucho caso, hay días en que amanezco con aires de ignorancia y me da por contestarme a mi misma para sacudirme un poco el oxidado espíritu.

-Con Cariño para todos los bastardos escénicos del mundo-

Jasón Vásquez. 2:42 am
Puerto Vallarta, Jalisco, México.

*Maravillosa fotografía de Moniki Ekiert Jezusek | Fuente de la fotografía