“Nos enseñan todo, menos a entrevistar al paciente”
Alberto Guerra García. Médico y Payaso. Docente de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

La ficha

Nací en Lima hace 40 años. Mi padre era médico y yo, su última esperanza de que uno de sus hijos siguiera sus pasos. Aunque hice toda mi formación en Medicina, opté por no especializarme, pero me formé en Bolaroja para ser payaso de hospital. Me conocen como Dr. Tato. Ahora me dedico a la docencia en la Universidad Cayetano Heredia y formo a los jóvenes futuros doctores en las técnicas de la comunicación y del claun.

La entrevista

Qué te dijeron tus colegas cuando les dijiste que eras médico y payaso?

Ufff… Algunos lo toman con mucha curiosidad. Incluso algunos casi con envidia, diría. Otros sí no lo entienden y creen que es un hobby. Para mí también, antes, eran dos cosas separadas que poco a poco se han ido juntando. Pero sí hay varios que no entienden por qué estudié ocho años para hacer lo que hago, o por qué no estoy en un hospital.

¿Cuándo terminó el ejercicio de la medicina como tal para ti?

Nunca lo tuve. Yo soy médico titulado, colegiado, pero no he hecho residencia (especialización clínica). Cuando terminé la carrera pensé que iba a ser o infectólogo o pediatra o psiquiatra, pero poco a poco me fui dando cuenta de que no quería seguir ese camino, que es el que todo el mundo sigue…

¿Y por qué estudiaste medicina?

En ese momento probablemente por vocación familiar. Mi papá es médico, ha sido profesor y rector de esta universidad. Soy el sexto de seis hermanos hombres y ninguno estudió medicina. Como que yo era la última bala de mi papá para que le salga el hijo médico…

¿Cuándo lo decidiste?

Desde que tengo uso de razón yo ya tenía medicina en la cabeza. Igual volvería a estudiar medicina si volviera a nacer, a pesar de que no hago medicina clínica y de que no hice especialización.

¿Y el trato con el paciente no estaba entre tus planes?

Sí, cuando estudiaba. Y a medida que estudié la carrera, la disfruté mucho: hice mi internado, guardias, he operado, he hecho todo lo que un médico puede hacer para graduarse. Pero luego vino el cuestionamiento…

¿Qué te frustraba exactamente?

No sé si frustración, pero estaba cansado e impactado de la situación de nuestros hospitales en relación con la pobreza en el país. En la medicina te dicen: No te involucres con los pacientes, pero, mentira, siempre te involucras.

¿Siempre?

Sí. Patch Adamas me lo hizo ver así. Pero acá te dicen, y con razón: Tienes que defenderte, poner una distancia, porque si no todo te va a afectar. Pero igual te afecta. Me pasó. En el internado la pasé bien, pero sufrí con los pacientes que se me murieron. Entonces probablemente estaba muy, no sé, golpeado…

¿No serías demasiado sensible para ser médico?

Ya no sé si era muy sensible para ser médico o si el ser médico me volvió más sensible. Y me costó mucho tomar la decisión y decir: no quiero hacer residencia, seguir la ruta que han seguido todos mis amigos. En los últimos años ha sido bien importante descubrir que lo que quiero
hacer es docencia.

¿El claun te reconcilió con tu carrera?

Sí. Creo que al principio me enfrentó y después me reconcilió. Al principio me enfrentó, porque yo, el 2003, había terminado la carrera y llevé la formación de payaso en Bola Roja. Cuando empecé a ir al hospital como payaso de hospital, fue bien raro, porque volvía de un lado distinto. Ya no era el médico que estaba a cargo del paciente, sino el payaso al que las enfermeras o el personal técnico tratan con condescendencia.

¿Ya no con el respeto al médico?

Claro. El payaso, por definición, está por debajo de todos y ahí radica parte de su poder: como es el último eslabón de la cadena puede decir y hacer cosas que nadie más se atreve a decir.

Y en el lado pedagógico, ¿estás formando una promoción de médicos-payasos?

Ojalá, pero no es tanto así… Hace dos años, ofrecemos aquí, para los alumnos de medicina, un curso electivo, Herramientas del payaso para la salud. Ya han pasado unos 60 alumnos. El semestre pasado, por primera vez, dictamos un segundo nivel de este.

¿Un médico en consulta puede usar, no la nariz, pero sí técnicas de payaso?

Es muy interesante eso. De mis alumnos con el curso de payaso, no espero que se pongan la nariz cuando sean médicos, sino que, cuando atiendan a un paciente como médicos, usen lo que el payaso hace: mirar más a los ojos, escuchar de verdad, leer la conducta verbal y no verbal, responder honestamente. Entonces la nariz es accesoria. Si la usan, bien.

Acaba de leer la entrevista en la fuente original: http://larepublica.pe/impresa/sociedad/735214-nos-ensenan-todo-menos-entrevistar-al-paciente