El payaso Lucho Guzmán emprende un viaje que siempre quiso hacer, para llevar al campo una obra conmovedora y poética. Su propuesta escénica es también un retrato del conflicto armado en Colombia. El territorio que recorre es el sur del Tolima, allá nacieron sus padres, y este también es el lugar al que siempre vuelve para recordar de dónde viene. Carga con él una nariz roja, la escenografía de un circo abandonado y algunos recuerdos tristes.