Maria Andrés es una actriz y payasa nacida en Valencia. En su ciudad natal se diploma en Arte Dramático por el Centro Teatral Escalante. Años más tarde, se forma durante un año en la Diplomatura de Mimo Corporal Dramático y Teatro Físico en MOVEO (Barcelona), especializándose en la técnica Decroux. Se ha formado en clown con Sergi Claramunt, Jesús Jara, Sergi Estebanell y Koldo Vio, entre otros.

Con una larga trayectoria teatral, ha trabajado en compañías como L’Esglai Teatre, La Coquera, Prostíbulo Poético Barcelona, ​​IMPROU, Scura Splats, La Banda del Drac, Spin Off Producciones, La Granuja, Teatro Orgón, Andenes de Agua, La Panda de Yolanda, La Subterránea , Rocambolesc Teatre… Ahora, después de formarse en diversas disciplinas y haber colaborado en muchas compañías, Maria Andrés está presentando en solitario su espectáculo de clown FRÀGIL, una propuesta que ya hemos visto por Madrid en este año 2021 y que iba a poder disfrutarse de nuevo en La Nave de Cambaleo los días 17 y 18 de abril, pero el espacio de Aranjuez ha tenido que cancelar toda su programación de forma abrupta porque el Ayuntamiento de la localidad los ha desalojado.

Hablamos con ella sobre lo que significa ser clown y sobre todo lo que muestra en cada uno de sus trabajos, toda una exhibición de valentía.

Tanto las clowns y los clowns como su dramaturgia nacen de una parte muy íntima de los intérpretes. ¿Cuáles de esas emociones internas has trasladado a tu alter ego escénico?
Yo trabajo desde mí, desde la verdad. No sé hacerlo desde otro lugar. Es una invitación a entrar en mi mundo. Todo eso que soy y siento se traslada (quiera o no) a escena. Y es la mirada de mi payasa y su incontinencia gestual quienes lo cuentan.

¿El fracaso es el éxito del payaso/a?
Vivimos en un mundo que nos exige el éxito a cada paso pero nos pasamos el día fracasando. Poner en escena, justamente en escena, el fracaso es un éxito asegurado para la payasa. Si el público se emociona es porque empatiza. Y el público fracasa a cada segundo. El público viene al teatro con los bolsillos llenos de fracasos disimulados y tiene más ganas que nadie de sacarlos en una carcajada.

 

Tu trabajo surge de la parte ridícula que todos tenemos, pero que sólo algunas sois capaces de mostrar abiertamente. ¿Te consideras doblemente valiente por ser mujer y clown, por hacer visible tu vulnerabilidad?
Creo que mostrar la FRÀGILidad es un acto de valentía. Que te abre muchos corazones pero te expone también a muchas heridas. Ahí está el riesgo y lo bonito de reírse de una misma. Como mujer payasa considero que mostrarme abiertamente ridícula es nadar a contracorriente del rímel, de la complacencia y de las cremas anticelulíticas.

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