El payaso blanco sabe perfectamente que debe evitar un pastel en el rostro por todo lo que esto implica, ya que esto podría ocasionarle degradación en su estatus, inhibición de la legitimidad, o decremento del poder absoluto.

Son demasiadas catástrofes conjugadas en una simple, sencilla y dulce tarta de nata,

Un pastel por autonomía es solo un objeto inerte y aburrido, detrás de un aparador es quizá el anhelo de futuros matrimonios, sin embargo en las manos correctas puede llegar a convertirse en una de las armas más poderosas a favor de los vulnerables oprimidos en contra de los poderosos opresores.

Con la puntería adecuada se convierte en la venganza social de determinados grupos que celebran a carcajadas la humanización del receptor de la agresión.

El Augusto, el contra augusto el Payaso negro tienen una enorme ventaja por encima del payaso blanco y está es que si reciben un pastel en su cara no tienen nada que perder porque para ellos la degradación es un concepto que está fuera de su Concepción y su vocabulario.

Al contrario del blanco que esconde su vergüenza detrás de sus papeles de oficina, los vulnerables desean ser atacados, agredidos, porque ellos saben que de eso depende el éxito en forma de carcajada para después levantar la cara, sonreír altivos e incluso alguno no podrá resistirse a probar el dulce sabor del Betún.

He aquí la diferencia, un mismo suceso con muchos resultados diferentes.

-Un pastel se lleva en la cara con dignidad y valentía generando empatía, o con vergüenza generando un dulce y generoso escarnio público.-

*Avelina Lésper es una crítica de arte que ha causado polémica por su postura a favor del

arte “Convencional” y su desaprobación a las corrientes alternativas como el arte moderno, el grafitti entre otros.

Por: Jason Vásquez, Vallarta, Septiembre del 2018

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